Las enfermedades periodontales son patologías infecciosas, causadas por bacterias que afectan a los tejidos que sostienen a los dientes (hueso, encía,…) y son:
Gingivitis
Es una infección superficial que afecta únicamente a la encía, causando un proceso inflamatorio reversible.
El sangrado es su principal señal de alerta (en fumadores, puede no existir sangrado, por tener las encías isquémicas, lo que no significa que no exista dicha enfermedad).
Si la gingivitis no es tratada a tiempo, puede degenerar en periodontitis, comúnmente llamada “piorrea”.
Periodontitis
Es una infección profunda de la encía y el resto de tejidos que sujetan el diente. Es irreversible y crea un espacio debajo de la encía que denominado “bolsa periodontal”, en el que cada vez se acumulan mayor cantidad de bacterias, puede favorecer la progresión de la enfermedad, y provocar la pérdida dentaria.
Repercute en la salud general: aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, riesgo de tener parto prematuro, riesgo de descompensación de diabetes…
Las encuestas más relevantes en España, sostienen que aproximadamente, en adultos entre 35-44 años, sólo el 14% tendría las encías sanas. El 60% tendría gingivitis, y el 26% periodontitis. En personas mayores de 65-74 años, solo el 10% tendría las encías sanas; el resto tendría algún tipo de enfermedad periodontal.
En mayores de 35 años, más de la mitad de la población tiene gingivitis, y una de cada tres personas periodontitis.
- 10-15% tienen encías sanas
- 50-60% tienen gingivitis
- 25-28% tienen periodontitis
Las enfermedades periodontales pueden tener dos tipos de consecuencias:
- A nivel local (en la boca), puede causar sangrado de encías y retracción (favoreciendo las caries en raíces), mal aliento, movilidad y lo más importante, la pérdida de dientes.
- A nivel sistémico (en el resto del cuerpo) las bacterias que están debajo de la encía pueden pasar a la sangre, y afectar a otros lugares del organismo causando: aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, riesgo de tener parto prematuro, riesgo de descompensación de diabetes…
Las enfermedades periodontales son infecciones causadas por bacterias situadas bajo la encía, concretamente, entre la encía y el diente o implante. Esta acumulación de bacterias, en forma de placa bacteriana o biofilm dental, conduce a la gingivitis. Siempre que haya placa bacteriana, habrá algún grado de gingivitis.
La causa primaria de la periodontitis también son las bacterias del biofilm dental. Sin embargo, para que la gingivitis progrese a periodontitis, son necesarios alguno de estos factores:
- Bacterias más patógenas.
- Estrés, alcohol, sobrepeso.
- El tabaco.
- Factores o predisposición genética.
- Enfermedades como la diabetes, la osteoporosis, inmunodepresión…
- Ciertos medicamentos que producen un aumento de la respuesta inflamatoria de la encía.
- Mala higiene bucal, ausencia de cuidados profesionales.
- Presencia de dientes mal colocados, por huecos o ausencias de otros dientes.
Las enfermedades periodontales no suelen causar dolor, el síntoma más frecuente es el sangrado (espontáneo o durante el cepillado o la seda dental), aunque en fumadores es menos evidente.
Señales de Alerta
- Sangrado o enrojecimiento de las encías.
- Mal sabor o mal olor de boca
- Hipersensibilidad, sobre todo al frío.
- Movilidad o separación de dientes.
- Dientes más largos.
- Perdida de dientes…
En todo caso, el diagnóstico de certeza lo debe realizar el dentista, midiendo y evaluando si los tejidos periodontales están inflamados superficialmente (gingivitis) o si se ha producido una pérdida del hueso y otros tejidos de soporte (periodontitis). Sería conveniente hacer radiografías para confirmar el diagnóstico, y poder comparar y revisar la evolución en el tiempo.
La mejor forma de prevenir las enfermedades periodontales, es mantener una correcta higiene bucal.
Existe una predisposición genética o hereditaria, que a pesar de una correcta higiene, puede tender a producirse la enfermedad. La higiene oral personal se debe acompañar de revisiones periódicas al dentista, para que se pueda realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad en caso de que se presente, y detener o frenar, en la medida de lo posible, la evolución de dicha enfermedad.
Para controlar la placa bacteriana en la boca, disponemos de dos tipos de métodos:
- Métodos mecánicos. Incluyen el cepillo de dientes normal (manual o eléctrico) y el hilo dental o cepillos interdentales.
- Métodos químicos. Complementarios de los métodos mecánicos, mediante colutorios para enjuague, dentífricos o geles…, pueden aplicarse productos antisépticos para ayudar a los métodos mecánicos a controlar las bacterias de la placa.
La higiene oral adecuada debe llevarse a cabo después de cada comida. Es muy importante realizar revisiones periódicas con su dentista para que le informe de la situación bucal actual, y le oriente si es necesario tomar medidas, en el caso de que no esté su boca sana. La detección precoz de los problemas periodontales simplifica su tratamiento. Todas las enfermedades cogidas a tiempo, conlleva un tratamiento más sencillo y una evolución más favorable en el tiempo.
En el caso de la gingivitis, es necesario limpiar las bacterias que se hayan acumulado, mediante la eliminación de la placa dental y el cálculo (también llamada tártaro o sarro, que es la placa mineralizada). Este tratamiento, denominado profilaxis profesional (o “limpieza de boca”), lo realizan los profesionales odontológicos. Además, es fundamental explicar cómo se deben cepillar los dientes y encías para mantenerlos limpios, y que no vuelva a aparecer la gingivitis.
En las periodontitis iniciales o moderadas, el tratamiento se basa en la eliminación de las bacterias de las bolsas periodontales mediante un raspado y alisado radiculares o curetaje, que supone limpiar también la placa y el cálculo de las raíces de los dientes expuestos por la pérdida de hueso. A veces, esta fase del tratamiento se acompaña del uso de antibióticos, y enjuagues bucales específicos para dicha enfermedad.
En las enfermedades periodontales agresivas o avanzadas, además del raspado y alisado radicular, debemos realizar una fase de tratamiento quirúrgica, que consiste en acceder y exponer esas bolsas periodontales profundas. Esta fase se denomina cirugía periodontal. En ocasiones, durante la cirugía periodontal, también se pueden aplicar, de manera localizada, técnicas de regeneración del hueso perdido. Cuando el tratamiento termina, la enfermedad debe estar controlada. En este momento empieza la fase de mantenimiento, que es una etapa fundamental del tratamiento periodontal para conseguir el control de la periodontitis a largo plazo. Estos tratamientos son muy eficaces para controlar las bacterias y lograr la salud periodontal, pero estas bacterias tienden a recolonizar la bolsa periodontal desde otros reservorios bucales y, si no se mantiene de forma adecuada, la enfermedad tiende a reaparecer tras algunos meses.
Es importante las visitas de mantenimiento, en las que el dentista le revisa su higiene bucal, si hay nueva acumulación de cálculo y bacterias, si la encía está sana, para aconsejarle mejorar su higiene en zonas concretas y valorar si fuese necesario un repaso o limpieza bucal. Es importante destacar que el mantenimiento periodontal no es únicamente una revisión con una profilaxis profesional, si se considerase oportuno, sino que se trata de un seguimiento médico individualizado adecuada a las necesidades de cada paciente.
La frecuencia de las visitas de mantenimiento se estipula para cada caso particular, pero suele oscilar entre 3 y 6 meses, hasta un año cuando se establece una salud e higiene adecuada.