PREGUNTAS FRECUENTES
- ¿Qué son los implantes dentales?
- ¿Cómo se sujeta el implante dental en el hueso?
- ¿Cuándo se ponen implantes dentales?
- ¿Cómo puedo reponer un solo diente?
- ¿Cómo puedo reponer varios dientes seguidos?
- ¿Qué puedo hacer si no tengo ningún diente?
- ¿Qué es una prótesis híbrida?
- ¿Quién puede asesorarme sobre implantes dentales?
- ¿Es molesto o doloroso el tratamiento con implantes dentales?
EL TRATAMIENTO CON IMPLANTES DENTALES
- ¿En qué consiste el tratamiento con implantes dentales?
- ¿En qué consiste la fase inicial de estudio y planificación del tratamiento?
- ¿Puedo colocarme los implantes en el momento de quitarme los dientes o debo esperar?
- ¿Cómo es la fase quirúrgica?
- ¿Cuándo puedo necesitar procedimientos quirúrgicos especiales?
- ¿Qué cuidados debo tener tras la colocación de los implantes?
- ¿En qué consiste la fase restauradora o de realización de la prótesis?
- ¿Cuánto tiempo he de permanecer sin prótesis durante el tratamiento?
- ¿En qué consiste la fase de mantenimiento?
ECONOMÍA DE LOS TRATAMIENTOS CON IMPLANTES DENTALES
- ¿Qué cuestan los implantes dentales? ¿Son caros los implantes dentales?
- ¿Cuánto durará el tratamiento realizado?
- ¿Puede mi cuerpo rechazar el implante? ¿Y si soy alérgico al metal?
- ¿Qué problemas se pueden derivar de un tratamiento con implantes dentales?
- ¿Qué problemas puede tener el tratamiento con implantes dentales?
- ¿Cómo afecta el tabaco al tratamiento con implantes dentales?
- ¿Qué complicaciones pueden presentarse durante el tratamiento con implantes dentales?
- ¿Qué se hace si se pierde un implante?
LAS ENFERMEDADES PERIODONTALES Y LOS IMPLANTES DENTALES
- ¿A un paciente con enfermedad periodontal se le pueden poner implantes dentales?
- ¿Cómo puedo identificar si padezco una enfermedad periodontal?
- ¿Si pierdo los dientes por enfermedad periodontal, es aconsejable que los reponga mediante implantes dentales?
- ¿Qué es la perimplantitis?
- ¿Cómo podemos prevenir la periimplantitis?
- ¿Son todos los implantes iguales?
- ¿Por qué hay tanta diferencia de precio entre distintas clínicas dentales?
- ¿Perderé hueso después de colocarme el implante?
Los implantes dentales son aditamentos de titanio, creados para sustituir las raíces de dientes perdidos, y sobre ellos, poder apoyar los nuevos dientes artificiales.
Estos nuevos dientes artificiales, constan de varias partes:
- El implante, propiamente dicho, que queda en el interior del hueso maxilar o mandibular, bajo la encía.
- El muñón metálico, que sobresale del hueso y encía, para dar apoyo a la funda o corona.
- La corona con forma y color del diente ausente, que se adapta al muñón.
Por un proceso biológico conocido como Osteointegración, mediante el cual el organismo cicatriza creando hueso nuevo alrededor del implante, y así éste no se mueve, quedando adherido.
En ocasiones el cuerpo en vez de formar hueso nuevo, forma un tejido cicatricial blando, y el paciente puede creer que su organismo ha rechazado el implante, pero no es correcto, si no que el nuevo tejido no tiene la dureza para sujetar el implante. No es habitual, pero si fácil de solucionar, limpiando bien el espacio del implante extraído, y colocando otro de mayor grosor.
Cuando queremos reponer dientes perdidos, y queremos evitar utilizar dientes adyacentes, y así rehabilitar la boca funcional y estéticamente.
Si deseamos obtener un anclaje para las prótesis dentales móviles, aportando la estabilidad necesaria para dar confort y seguridad.
Para conseguir que el hueso de los maxilares mantenga su función y no pierda volumen por reabsorción, evitando de esta forma el deterioro de los tejidos y el aspecto de cara envejecida por formación de pliegues y arrugas.
Cuando queremos dar anclajes que permitan realizar otros tratamientos como los ortodónticos (para mover dientes mal posicionados) y que de otra forma, en ocasiones serían imposibles de realizar.
Si nos falta solo una pieza, tenemos diferentes opciones, desde lo más rápido y económico, que sería una dentadura parcial removible (de quita y pon), o si queremos reponer de manera fija, que el paciente no pueda quitar o sacar de la boca, sería colocar un puente fijo, aunque debemos tallar o hacer más pequeños los dientes contiguos, o la colocación de un implante independiente, con su funda o corona también independiente.
Cuando se han perdido varios dientes, y el tramo sin dientes es pequeño, se pueden reponer mediante un puente fijo, que va apoyado en sus dientes naturales. Pero para evitar tallarlos, es más aconsejable colocar varios implantes y sobre estos, apoyar el puente.
Cuando aún habiendo dientes naturales, los espacios sin dientes son grandes, que desaconsejen la colocación de un puente apoyado en los propios dientes del paciente, habrá que elegir entre una prótesis removible, o bien optar por la colocación de varios implantes para soportar los puentes.
Hoy por hoy, en general, los implantes constituyen la opción más aconsejable.
Como en la situación de reponer una sola pieza, en este caso también hay alternativas de quita y pon, como son las prótesis completas, pero si deseas colocar algo que te de mayor comodidad y seguridad tanto al comer como al hablar o sonreír, las opciones pueden depender de la cantidad de hueso del maxilar o mandíbula para colocar sobre unos pocos implantes una prótesis que podremos retirar para lavarla, y nos dará muy buena estabilidad.
Si tenemos la posibilidad de colocar más implantes, podremos tener una dentadura de resina atornillada, que el paciente no podrá quitar de la boca, o una rehabilitación metal-cerámica, o de circonio que nos proporcionara mayor estética y dureza de los nuevos dientes fijos.
En el caso de las dentaduras completas, con el paso del tiempo pueden presentarse una serie de inconvenientes como pueden ser:
- Pérdida de estabilidad, ajuste y retención que ocasiona movilidad, dificultad masticatoria e inseguridad.
- Reabsorción más o menos lenta pero continuada del hueso alveolar de los maxilares.
- Llagas en zonas de roces.
- Pérdida del gusto y cambios en el sabor de los alimentos.
- En algunas personas producen náusea lo que dificulta su uso.
En el caso de los puentes fijos sobre dientes, no sólo perjudica el tallado de las piezas contiguas, también existe una pérdida del hueso y encía, donde hemos perdido la pieza dental.
Insistimos, hoy por hoy, en general, los implantes constituyen la opción más aconsejable.
Una prótesis híbrida, es aquélla que combina varios materiales. Es para la arcada completa (todos los dientes superiores o todos los inferiores), sobre implantes (entre 4 y 8 habitualmente)
Todos los dientes van unidos, y además repone también la encía (parte rosa).
Resumiendo, es una estructura o barra metálica con los dientes de porcelana o resina sobre ella y resina rosa para simular encía.
Se atornilla a los implantes quedando fija y sólo puede quitarla el dentista.
Su dentista de confianza le informará de las alternativas terapéuticas mejores para su situación, si el tratamiento que ha decidido hacer, no es la especialidad de su dentista, éste lo deberá derivar a un especialista en implantología y prostodoncia.
La prostodoncia o prótesis dental es la rama de la odontología encargada del reemplazo de las piezas dentarias. El objetivo de esta práctica consiste principalmente en devolver la función masticatoria, además de la fonética, deglución y estética.
También es importante que cuente con conocimientos de periodoncia, radiología, ortodoncia, etc. para poder ofrecerle un tratamiento integral de su boca en la situación actual.
Como cualquier procedimiento quirúrgico, lleva consigo unos protocolos médicos y farmacológicos que, si se siguen correctamente, apenas habrá molestias mínimas o nulas.
En la gran mayoría de las ocasiones se realizan bajo anestesia local, igual que otros muchos tratamientos odontológicos y sólo se percibe el ruido de los instrumentos y sensaciones de presión o “runruneo” en la zona. En el postoperatorio puede presentarse una molestia ligera al cesar el efecto de la anestesia, por ese motivo es tan importante seguir las recomendaciones del cirujano.
Sólo en algunas personas con especial predisposición puede presentarse, habitualmente a partir de las 24 horas de la intervención, inflamación de la zona operada y hematoma. Estos fenómenos no representan ningún problema y son el reflejo de la reacción reparadora de los tejidos tras la intervención.
El procedimiento a seguir es distinto en cada caso y debe ser personalizado.
Habitualmente incluye:
- Fase inicial de estudio y planificación.
- Una o varias actuaciones durante la fase quirúrgica.
- Fase restauradora.
- Fase de mantenimiento.
El tratamiento con implantes dentales requiere de procedimientos de una alta complejidad técnica, por tanto debe ser bien planificado.
El estudio tiene como objetivo:
- Informar al paciente de las diferentes opciones de tratamiento sean o no los implantes dentales, y el tipo de restauración o prótesis indicada en su caso.
- Valorar de forma individualizada el estado de salud bucal y general del paciente, para conocer posibles riesgos o contraindicaciones del tratamiento a realizar.
- Ofrecer al paciente un plan de tratamiento que incluirá información de los procedimientos clínicos necesarios que se le practicarán.
- Recuperar su salud integral, orientándose sobre otros posibles tratamientos que pueda precisar, ya sean odontológicos (periodontales, restauradores, endodónticos, articulares…), o generales.
Depende de la causa de la pérdida de los dientes. Esta opción puede ser posible si la pérdida dental se ha producido sin infección, que el hueso que soportará el implante, esté sano.
Hueso sano / implante sano
En el caso de existir infección o alteraciones en la calidad o cantidad del hueso, es aconsejable esperar un tiempo a la normalización del hueso que sujetara al implante, pues de lo contrario puede comprometerse la fiabilidad del tratamiento.
Hueso con infección / implante fracasado
El tiempo de espera desde la perdida dental a la colocación del implante, dependerá de cada paciente y de su situación ósea. Su dentista podrá, incluso antes de la extracción, adelantarle una previsión aproximada de la duración del mismo.
La colocación de los implantes dentales requiere de una o varias intervenciones quirúrgicas dependiendo de cada caso.
Hoy en día, intentamos colocarlo en una sola cirugía, evitándole al paciente una segunda cirugía, siempre y cuando las circunstancias lo permitan.
Cuando el implante se realiza en una sola etapa quirúrgica, se coloca sobre él, un tornillo para que la encía cicatrice alrededor de éste, evitando así volver a anestesiar y realizar una segunda intervención. Si por alguna razón se requiriese dejar bajo el tejido, para mayor seguridad, habría que descubrirlo pasadas varias semanas, para después poder colocar la corona o prótesis adecuada.
En casos concretos, es posible que en un mismo día se realice el procedimiento quirúrgico y la colocación de una prótesis dental fija, siempre entendiendo los pros y contras de cada caso en particular.
La elección de un procedimiento u otro depende de criterios individuales que serán valorados previamente.
La colocación de uno o varios implantes necesita un mínimo de hueso que los sujete y de tejido blando o encía, para evitar problemas como es la periimplantitis. Cuando por motivos anatómicos, no hay suficiente hueso ni encía, o es de mala calidad, se requieren técnicas más avanzadas, para poder colocar implantes en buenas condiciones, y que tengan una supervivencia a lo largo de los años con una correcta función y estética.
Una de las formas avanzadas de colocar los implantes dentales en pacientes con atrofias de hueso, o lo que es lo mismo, sin apenas hueso, se colocan unos implantes especiales en el hueso cigomático, lo que permite la rehabilitación de pacientes con reabsorciones extremas de hueso
Estos procedimientos se basan en ganar hueso y, o encía en zonas donde no hay suficiente, con la utilización de materiales sintéticos o del propio paciente como son injertos de hueso, membranas… para hacer posible la colocación y sujeción del implante. Son procedimientos muy novedosos con diferentes grados de complejidad y es conveniente que, antes de tomar una decisión, consulte con nosotros en Alser Dental.
Uno de los requisitos para lograr la osteointegración (que se una el hueso al implante), es que no existan interferencias externas, como pueden ser:
- Las infecciones, frecuentes en pacientes con mala higiene bucal o que sufren enfermedades periodontales (piorrea), tienen mayor riesgo de poder sufrir contaminaciones bacterianas en el hueso que rodea los implantes.
- Las cargas o fuerzas aplicadas sobre los implantes durante la osteointegración pueden interferir con el proceso normal y que no se forme hueso de buena calidad alrededor del implante. Este riesgo es mayor en personas que llevan prótesis provisionales apoyadas sobre los propios implantes o sobre la encía que recubre los implantes.
- Los fumadores tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones, ya que los elementos nocivos del tabaco y el calor que genera, no favorece una correcta curación del hueso. De hecho la mayoría de las complicaciones de los tratamientos realizados con implantes dentales se dan en pacientes fumadores.
Evitar estos factores de riesgo depende de usted mismo, su dentista le aconsejará como hacerlo. Siga sus indicaciones y acuda a las revisiones que aconsejan para el adecuado control de su caso particular.
Es la etapa del tratamiento en la que sobre los implantes se colocan los dientes mediante adaptación de coronas, puentes u otros tipos de prótesis. Se lleva a cabo cuando se ha verificado, mediante procedimientos específicos, que la osteointegración es adecuada y los implantes y tejidos que los rodean están preparados para recibir fuerzas.
Esta fase requiere un número variable de etapas, con visitas dirigidas a asegurar la total integración funcional y estética de los nuevos dientes en el conjunto de las estructuras bucales y faciales, siendo tan importante como la quirúrgica.
En ella es imprescindible una adecuada compenetración entre los integrantes del Equipo Implantológico encargados de la prótesis (el dentista restaurador y el técnico en prótesis dental que realiza las fases de laboratorio).
En ocasiones los requerimientos de adaptación a la nueva situación estética y funcional son complejos, debiendo prolongarse durante bastante tiempo hasta lograr una restauración óptima. Cuando así ocurre puede ser necesario portar prótesis provisionales que, en todo caso, permitirán una función y estética razonable.
Dependerá de cada caso.
En muchas ocasiones no hay compromiso estético o funcional y puede que no se precise ningún tipo de prótesis provisional durante la fase de osteointegración. Sin embargo, si su caso lo requiere se puede volver a adaptar una prótesis provisional inmediatamente. Después de haber finalizado la fase quirúrgica. Existen ocasiones en las cuales deberá permanecer durante unos días sin ningún tipo de prótesis ante el riesgo de que su uso pueda interferir con el proceso de cicatrización, favoreciendo la infección y complicaciones terapéuticas.
Si se ha podido rehabilitar el paciente mediante “conexión inmediata” de la prótesis a los implantes en el mismo día de la intervención, sólo permanecerá unas horas sin su prótesis reduciéndose al mínimo el periodo requerido para recuperar la actividad normal.
Tras la operación o incluso antes de la misma, le indicaremos la conducta a seguir en su caso concreto y también le asesoraremos sobre cualquier otro aspecto necesario para lograr su bienestar, ya que en ocasiones deberá introducir algunos cambios pasajeros en su vida laboral o personal.
Los tratamientos mediante implantes han demostrado en múltiples estudios de investigación ser poseedores de un elevado grado de seguridad. Esta seguridad se basa en la existencia de unos protocolos de control y mantenimiento exhaustivos.
La necesidad de establecer la adecuada vigilancia y los cuidados de mantenimiento periódico se ve justificada para evitar tanto contaminaciones bacterianas como los posibles desajustes de las prótesis por el desgaste que la función y el paso del tiempo pueden ocasionar.
Las revisiones de mantenimiento son importantes para controlar la evolución de los resultados del tratamiento a lo largo del tiempo, detectando precozmente cualquier situación desfavorable que pudiera producirse y actuando rápidamente. En el caso más probable de que no aparezcan problemas, realizamos un diagnóstico rutinario y preventivo dirigido a garantizar la salud a largo plazo del tratamiento que son individualizadas para cada caso concreto.
Existían más de 2.000 formas de implantes dentales. Al igual que sucede con otros productos para la salud, existen muy pocos de gran calidad. Por tanto, ya disponemos de una primera criba, el paciente debe conocer qué material se le coloca y qué garantías de fabricación le ofrece.
La intervención total supone un trabajo minucioso y personalizado. No existen tarifas estándar sino que el precio se determina a partir de lo que se llama “fase invisible”, previa al tratamiento que corresponde a la formación, experiencia e implicación del profesional entre otras muchas cosas.
El tratamiento requiere poner a disposición del paciente, no solo procedimientos y medios materiales con una gran sofisticación técnica, como hemos dicho anteriormente, también unos conocimientos y una formación y experiencia del profesional. No siempre conllevan un coste superior frente a las alternativas convencionales de prótesis, que además dependerá de la extensión y complejidad de la rehabilitación necesaria.
Cuando la valoración del tratamiento se hace en función de los beneficios obtenidos, la relación coste-beneficio es normalmente más favorable que cualquier otra alternativa.
En ALSER DENTAL, hemos decidido dar directamente los presupuestos finales y sin desgloses con la intención de no confundir a los pacientes. Apostamos por la transparencia absoluta.
Los tratamientos con implantes dentales han demostrado unos resultados de duración, confort, estética, fiabilidad y predictibilidad muy superiores a otros tratamientos sustitutorios de dientes naturales.
La investigación sobre las técnicas que han posibilitado la Implantología Osteointegrada actual parte de 1965 y, hoy día, hay pacientes que llevan prótesis sobre implantes dentales desde hace más de 30 años.
Al igual que ocurre con el resultado de otros tratamientos odontológicos y médicos, la permanencia en boca de los implantes y de la rehabilitación protésica que soportan, depende en gran medida de las características anatómicas y fisiológicas del paciente y de sus hábitos, así como del tipo de alteración que haya causado la pérdida de los dientes. No es posible ofrecer una estimación general para todos los pacientes del tiempo de permanencia previsto para los implantes, pero en cualquier caso los implantes dentales actuales no tienen caducidad conocida.
Tras valorar su caso concreto, sus hábitos, su historia médica, le podemos ofrecer una estimación aproximada de la probable duración de su tratamiento.
Los implantes dentales en su gran mayoría están fabricados con titanio quirúrgico, material que ha demostrado ser biocompatible, bioinerte, estable, con capacidad de integrarse con el hueso (osteointegración) y muy buena tolerancia por parte de los tejidos blandos.
Es un metal que no ha demostrado ninguna reacción tóxica ni irritativa sobre el tejido vivo, esto quiere decir que el organismo no lo reconoce como extraño.
Un implante nunca se rechaza, se puede perder por otros motivos como infecciones por mala higiene o tabaco, alguna enfermedad, no seguir bien las instrucciones postoperatorias… pero nunca por una alergia o porque el organismo lo reconozca como un elemento “extraño”.
Sin embargo, durante los meses siguientes a su colocación, los implantes pueden sufrir complicaciones que deriven en la falta de osteointegración y, por tanto, pueden tener que ser retirados. Estas situaciones, aunque escasas, suelen deberse a razones como: infecciones de la zona operada, deficiencias en la vascularización, alteraciones en los procesos reparativos del organismo como los que son frecuentes en fumadores y estrés o sobrecarga funcional cuando soportan una prótesis.
Sabemos que el 98% de los implantes se integran en el hueso tras su colocación. A los quince años más del 90% de los implantes colocados en el maxilar superior y en la mandíbula siguen funcionando adecuadamente. Esto sitúa a los implantes dentales osteointegrados entre las técnicas quirúrgicas con mayor fiabilidad de todas las que se realizan en humanos.
El fracaso de un tratamiento con implantes dentales puede suceder en etapas iniciales cuando no se integra el implante, generalmente por infecciones o malas condiciones biológicas del paciente. En etapas más tardías, una vez producida la osteointegración, las complicaciones pueden producirse por alteraciones originadas a causa de desajustes o fracturas de la prótesis o de los elementos de unión de la prótesis con los implantes, así como por infecciones. Si estos problemas se detectan a tiempo y se corrigen, es posible que el implante se mantenga en salud. En caso contrario puede perderse.
Más que del propio implante, las posibilidades de fracaso del tratamiento dependen fundamentalmente de los condicionantes individuales de cada paciente y de los hábitos de salud e higiene que el paciente mantenga.
También son trascendentales las circunstancias que puedan tener relación con la planificación y ejecución global del tratamiento, de ahí la importancia de que el tratamiento sea realizado por profesionales con experiencia, formados y actualizados científicamente.
Para procurar prevenir estos efectos no deseados, hay que trabajar meticulosamente y además de un adecuado tratamiento quirúrgico y restaurador, le ofreceremos un plan de tratamiento de mantenimiento ajustado a sus necesidades individuales, de manera que mediante revisiones periódicas, se evite la aparición de complicaciones o se consiga tratarlas precozmente si apareciesen, asegurando el éxito del tratamiento a largo plazo.
El tabaco puede influir muy negativamente en los resultados de los tratamientos con implantes dentales incluso en aquellos casos en los que no existe ningún otro factor de riesgo adicional.
Algunos de los efectos negativos del tabaquismo son que produce una disminución del aporte sanguíneo al hueso, a la encía y a la mucosa que lo rodea; altera las características de los tejidos blandos de la boca; retarda la cicatrización, facilitando las infecciones de las zonas operadas y disminuye la capacidad de reparación de las lesiones al actuar sobre las distintas células que intervienen en ella.
Todo ello hace que hoy sepamos que el porcentaje de implantes fracasados en pacientes fumadores es mayor que en no fumadores.
Siempre que una persona se somete a una intervención quirúrgica debe dar su consentimiento y saber que corre cierto riesgo de que puedan presentarse complicaciones indeseadas. En las intervenciones para colocar los implantes también existe ese riesgo, pero será mínimo una vez que su caso sea estudiado y planificado. Así, cuando se prevea colocar implantes en el sector posterior de la mandíbula o del maxilar superior, se debe valorar la posible relación con estructuras anatómicas a tener en cuenta como pueden ser el nervio dentario, que recorre la mandíbula, o el seno maxilar.
Para ello realizará antes del tratamiento un estudio minucioso que permitirá localizar las estructuras anatómicas que deban ser respetadas, alejándose de ellas o manipulándolas conscientemente a fin de poder colocar los implantes preservando su salud general.
Aunque es una situación muy poco frecuente, los protocolos terapéuticos incluyen esta posibilidad y tienen previsto cómo actuar en caso de que se produzca.
Si el implante se pierde antes de la colocación de la prótesis se valora la causa de la pérdida, se corrigen tanto la causa como las posibles consecuencias y si sigue siendo indicado, se vuelve a colocar un nuevo implante.
Si se pierde tras la colocación de la prótesis, se desmonta la prótesis y habitualmente se actúa como en el caso anterior.
En ocasiones los implantes remanentes son suficientes para asegurar la estabilidad de la prótesis, por lo que en estos casos no es necesario reponer el implante perdido.
Lo mismo que con un diente natural.
Algunas personas tratadas afirman disfrutar de mayor seguridad y firmeza con los dientes soportados por implantes. Esto permite al paciente olvidarse de que lleva un material implantado.
Los implantes dentales osteointegrados permiten sujetar una prótesis dental con tal firmeza que al masticar no se aprecia ningún tipo de inseguridad. Con la prótesis sobre implantes se tiene la sensación de que la masticación se realiza de forma semejante a la natural o incluso con mayor consistencia, pudiendo desarrollar una fuerza masticatoria similar a la obtenida con la propia dentición e incluso mayor.
En ocasiones, debido a circunstancias del tratamiento es imposible colocar un suficiente número de implantes para anclar la prótesis de forma totalmente fija, siendo necesario realizar un tipo de prótesis llamada sobredentadura, que es una prótesis “semi-fija”. Ésta presenta un cierto grado de movimiento, ya que el paciente deberá retirarla tras cada comida para lavarla, pero permite obtener una gran estabilidad y unos niveles de aceptación muy superiores a los de una prótesis convencional.
Los implantes dentales, en si mismos, no producen mal aliento. Sí lo hubiera (halitosis de origen oral), ésta se debería probablemente a una higiene deficitaria, a padecer gingivitis, periodontitis (piorrea), o bien a la presencia de otras infecciones en la cavidad bucal.
Es muy importante mantener una higiene oral meticulosa de todas las estructuras de la boca: lengua, encía, dientes naturales, implantes y de las prótesis instaladas.
La salud de la boca, la fiabilidad de los tratamientos y la ausencia de halitosis, está íntimamente ligada al mantenimiento de una correcta higiene oral.
Si las prótesis fueran del tipo que permiten ser retiradas de la boca por el propio paciente, este deberá hacerlo diariamente para higienizarlas fuera de la boca.
En el caso de prótesis desmontables sólo en la clínica, estas se revisarán periódicamente y cuando se estime necesario se desmontarán para su revisión y limpieza.
En fumadores los implantes dentales responden peor como ya hemos comentado en otras preguntas, por este motivo se recomienda no fumar.
Los efectos concretos del tabaco sobre el paciente tratado con implantes son:
- Perjudica a la cicatrización y los procesos reparativos tras la cirugía.
- Reduce el aporte sanguíneo a la zona y con ello la capacidad defensiva frente a agresiones microbianas.
- Dificulta el mantenimiento de la salud de los implantes a largo plazo, comprometiendo la duración del tratamiento.
Si usted es fumador debe ser consciente de estos riesgos, y se deberán tener unos protocolos de tratamiento y seguimiento posterior mucho más rigurosos en su caso.
Sería recomendable esperar a después del parto, para someterse a una intervención quirúrgica de implantes dentales, aunque no en todos los casos. Esta recomendación dependerá del tiempo previsto para la intervención y del mes de gestación en el que se encuentre.
Si el embarazo acontece cuando ha concluido la fase quirúrgica del tratamiento o cuando ya es portadora de una prótesis sobre implantes, no se verá afectado el desarrollo de su hijo ni aumentará el riesgo de pérdida de los implantes. Sin embargo, sí es importante adaptar el plan de mantenimiento periimplantario personal y profesional a las nuevas necesidades que surjan durante el embarazo, debido a los cambios fisiológicos y hormonales que su cuerpo experimentará.
La diabetes es una enfermedad metabólica que altera ciertas funciones del organismo, entre ellas la capacidad de respuesta frente a las infecciones. No es aconsejable colocar implantes en pacientes con descontrol de la enfermedad, pero cuando la diabetes está controlada el paciente puede responder como suele ser habitual, con buenos resultados y sin complicaciones.
De todas formas, en estos pacientes es conveniente que el protocolo de evaluación previo al tratamiento y de control posterior sea más exhaustivo.
En estos casos es recomendable que previamente a la cirugía se realicen actuaciones concretas para normalizar los niveles de coagulación o agregación plaquetaria.
Una vez colocados los implantes, el paciente puede volver a la situación previa a la cirugía, siendo perfectamente compatible mantener niveles de anticoagulación terapéutica en el paciente ya tratado con implantes. Ante cualquier tipo de duda, como siempre que existen enfermedades sistémicas o generales, es conveniente informar previamente a su médico por si existiese algún inconveniente o se debiera tomar alguna medida precautoria.
La osteoporosis es una enfermedad que afecta a la calidad de los huesos y la osteointegración es un proceso que depende de la calidad ósea inicial, así que en principio no constituye una contraindicación absoluta, ya que con modificaciones en el protocolo terapéutico se alcanzan resultados similares a personas sin osteoporosis.
Es aconsejable en estos casos hacer una valoración específica del caso y que la decisión sobre el tratamiento se realice mediante colaboración entre su médico, encargado de la enfermedad ósea y el especialista
Los implantes dentales no emiten señal alguna al atravesar los sistemas de detección de metales que, por seguridad, son frecuentes en bancos, puertos, estaciones de tren, aeropuertos y en numerosas instituciones.
No es preciso que usted advierta nada a nadie al pasar por los arcos detectores de seguridad. No detectarán que usted es portador de implantes.
Una vez que los implantes estén integrados en el hueso, su unión es tan firme que no se pueden quitar, salvo en casos de extrema necesidad, mediante la aplicación de técnicas quirúrgicas especiales denominadas de “rescate” en este caso recordemos la pregunta: ¿Qué se hace si se pierde un implante?
Lo que sí se puede quitar y poner es la prótesis que va apoyada sobre los implantes, en unos casos por el propio paciente y en otros sólo por el profesional.
No existe una edad máxima para la colocación de implantes dentales. La única limitación radica en el estado de salud de la persona. Para verificar que su salud general permite realizar un tratamiento con implantes, le harán una historia médica y las pruebas necesarias para su seguridad. La edad mínima para la colocación de implantes dentales está en función de la finalización del crecimiento. Cuando una persona haya finalizado su desarrollo estará en condiciones de disfrutar de las ventajas de los implantes dentales, antes no es recomendable.
No, ya que siempre se realiza con anestesia local y en ocasiones también con sedación o anestesia general.
Varios días antes de la cirugía, le explicaremos con todo detalle, las pautas a seguir tanto antes como después de la intervención. Si sigue bien las indicaciones del tratamiento médico y las pautas de no fumar, colocar la bolsa de hielo etc… evitará el dolor y posibles complicaciones.
Los implantes colocados en la boca, están sometidos a los mismos riesgos de infección que los dientes naturales. Esto explica que intentemos salvar en vez de extraer los dientes, siempre que sea posible. Así que olvidémonos de esa frase tan típica: “Sáqueme todos los dientes y póngame implantes”
Una persona que conserve algún diente natural con periodontitis activa, corre el riesgo de que las bacterias responsables de la enfermedad periodontal, puedan infectar a los implantes colocados y dañen progresivamente al hueso y a la encía alrededor de los mismos.
Como resultado de ello se produce una PERIIMPLANTITIS, infección alrededor de un implante dental, que comprometerá la supervivencia del mismo, ocasionando su pérdida si no es tratado correctamente y a tiempo.
Quien padezca algún tipo de enfermedad periodontal, puede ser tratado con implantes dentales, siempre y cuando la enfermedad periodontal haya sido tratada antes. Es importante saber que las periodontitis, pueden ser enfermedades crónicas con posibilidad de recidiva, es decir tras ser tratado de la periodontitis y recuperar la salud, podría volver a sufrir dicha enfermedad. Por eso, los pacientes que las hubieran padecido, requerirán de una vigilancia especial, con revisiones y mantenimientos periódicos.
Lo primero que puede hacer es acudir a la consulta, donde le revisaremos y explicaremos cualquier situación fuera de lo normal.
Como las enfermedades periodontales no suelen doler, el paciente suele quitarle importancia, pero no dude en consultarnos si detecta algunos de los siguientes síntomas:
- Sangrado de las encías (no suele apreciarse en fumadores).
- Enrojecimiento o inflamación de las encías.
- Retracción de las encías (encías mermadas o dientes más largos).
- Presencia de sarro o excesiva acumulación de placa dental.
- Halitosis (mal aliento).
- Separación progresiva de los dientes.
- Movilidad o pérdida de dientes.
Los problemas periodontales son muy frecuentes, pero por lo general tienen buen pronóstico cuando son tratados adecuadamente.
Hoy sabemos que el porcentaje de la población que sufre alguna forma de gingivitis o periodontitis llega al 96%. De estas últimas, las formas más graves afectan al 22 % de la población.
Sí, el tratamiento con implantes dentales es la mejor forma de rehabilitar los dientes perdidos en un paciente periodontal.
Los implantes dentales vienen a sustituir a las raíces de dientes perdidos para que, sobre ellas, se pueda colocar una prótesis dental de forma firme, estable y que transmita las fuerzas de la masticación al hueso, lo que estimulará su metabolismo evitando la merma progresiva del hueso de los maxilares que ocasiona el envejecimiento de las facciones de la cara. Además, al dotar a la boca de dientes implantados fuertes, disminuiremos el esfuerzo de los dientes naturales que se mantengan y no nos veremos obligados a sobrecargarlos soportando fundas o aparatos, lo que sin duda alargará la posibilidad de su mantenimiento e incrementará la calidad de vida.
Debemos, ante todo, procurar mantener sanos los dientes naturales, pero si nos viésemos obligados a sustituirlos, los implantes dentales son hoy día la solución ideal.
Podrán ser su “Tercera Dentición”.
La peri-implantitis es una infección de los tejidos (hueso y encía) alrededor de los implantes, que puede provocar la pérdida de los mismos si no se controla a tiempo. Es similar a la enfermedad periodontal (piorrea) pero afectando a los implantes en vez de a los dientes.
Se trata de una infección que se puede manifiesta al cabo de un tiempo en que los implantes están en funcionamiento. Se calcula que está presente en el 50% de los pacientes 5 años después de la colocación del implante. Si no se mantiene una higiene adecuada, tanto en los implantes, como en dientes adyacentes, si los hubiera, podría aparecer mucho antes.
Si perdemos los dientes, por infecciones en el hueso maxilar y mandibular, debemos cuidar mejor los implantes para que estos perduren muchos años con buena estética y función.
La periimplantitis se previene mediante la calidad de los sistemas de implantes. Con una buena técnica, evitando todos aquellos factores que favorecen la acumulación o retención de bacterias, evitando restos de cemento subgingivales y calibrando rigurosamente los ajustes de las prótesis, y por supuesto con la colaboración del paciente. Son fundamentales las revisiones y una higiene cuidadosa para prevenir la peri-implantitis.
Ni mucho menos, existen implantes procedentes de otros países, de calidad cuestionable.
Son legales, porque disponen del certificado de calidad 93/42/EEC que simplemente garantiza que no son perjudiciales para la salud, cumplen los requisitos mínimos aceptables para comercializar implantes dentales en Europa, pero no aseguran la calidad de los materiales o la resistencia a la fatiga mecánica (que rompan con facilidad) periimplantitis, etc.
La mayor diferencia de precio está en la calidad de los materiales y en la experiencia del profesional. Evidentemente, se puede abaratar el precio de la colocación de un implante a expensas de reducir el costo de los materiales, pasando por tener que usar materiales más baratos, de peor calidad y sin un respaldo científico detrás. La filosofía de ALSER DENTAL es que todos nuestros pacientes estén satisfechos todo el tiempo posible, ya que de ellos depende que sigamos aquí, pudiendo dar sonrisas de alegría y confianza.
El criterio de éxito actualmente establecido es que el paciente pierda 0,7 – 0,8 mm de hueso durante el primer año, y después unos 0,2 mm por año. Esta pérdida anual generalmente se produce porque la unión del implante con la corona no tiene un sellado perfectamente estanco, y en esa unión anidan bacterias que contaminan esa zona por lo que, en consecuencia, el hueso se retira buscando superficie no contaminada.